lunes, 21 de junio de 2010

SU MAJESTAD: LA DEMOCRACIA....


ABRAHAM LINCOLN

Nota preliminar de una colaboradora Blanca Estela Villarreal
Triste la situación que vive Rodríguez Clara por cuestiones políticas, tal pereciera que el candidato del PAN quiere llegar al poder a costa de lo que sea, prueba de eso es que se hace pasar como mártir en los eventos grotescos y violentos que ellos mismos provocan, Valiéndose del chantaje que hacen a personas humildes, ancianos inocentes y como dijera un seudo líder profesor, de algunos chinantecos como los nombra él,con programas como OPORTUNIDADES, 70 Y + , que si no votan por el candidato en cuestion los perderan...

... A ti demandan favor los pobres, a ti los
tristes piden merced.

Díaz Mirón



POR EL DR. SALVADOR NAVARRETE GÓMEZ

Tema de controversia es la democracia, desde sus cimientos en la antigua Grecia, hasta nuestros días, Su verdadero significado, en torno a su contexto político y social, aun no se consolida a pesar de leyes promulgadas para constancias del mundo, de guerras y revoluciones encaminadas a establecer una de las mejores formas de Gobierno.

Abordamos el tema en forma modesta, pero con gusto, porque vemos que la democracia empieza a convocar a los pueblos de Brasil y Venezuela --por el momento-- a la lucha que ha quitado el poder a mandatarios corruptos y ladrones para enjuiciarlos de acuerdo con las leyes que rigen la vida democrática de esos países sudamericanos. Allá, el poder popular exige el manejo honrado de los impuestos que paga, de sus recursos naturales, el respeto a la vida y las libertades ciudadanas.

La democracia que empieza a instaurarse en aquellos países, ya tiene un sentido más amplio que en su origen. En Grecia la disfrutaba sólo una parte del pueblo, si recordamos que nunca fue incompatible con la esclavitud, y desde la época de Pericles, no se consideraban ciudadanos a los esclavos que representaban la mayoría. Los nobles --como las oligarquías de hoy—se aferraron a un régimen social y económico, que hacía más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, dando origen a las tiranías; por tanto, la democracia griega, como ahora la norteamericana, nunca fue perfecta porque hubo discriminación, y pena de muerte. Esta forma de democracia era en realidad una aristocracia.

Al respecto, cómo recuerdo la clase de Historia Universal que nos daba el maestro Panchito Muñoz en la escuela Landero y Coss, que aun no se nos olvida. Con sus rasgos indígenas, bajo de estatura, pelo corto y parado que lastimaba la palma de la mano al tentarlo, o se quedaba un puñado de chaquiras ensartadas en él, emocionado nos decía: "La democracia, de Démos, pueblo, y Kratos, autoridad, es el gobierno de un estado en que el pueblo ejerce la soberanía". Todos con la boca abierta y las orejas paradas, embelesados lo oíamos: Nacho Haro, Toño Cinta, Chito Pérez, Leodegario Toto Linares, Germán de la Maza, etc. y, desde luego, yo. El maestro continuaba y se chupaba los labios Por la sequedad que le ocasionaba la emoción del tema: "Pero la democracia helénica no es perfecta porque Aristóteles siempre proclamaba que debía haber esclavos; y Pericles con todo y sus atributos, pero más inclinado a la demagogia, fue el verdadero amo del pueblo griego".

Tenía razón el maestro, porque desde hace más de dos mil años, desde el origen pagano de esta palabra que subyuga y apasiona, no se ha logrado la perfección deseada; y su búsqueda sigue costando sangre, como sucede actualmente en los países socialistas de la ex Unión Soviética.

Como decíamos al principio, “tenemos fe de que esa democracia Sudamericana que empieza, contagie a los países del Continente Americano y del Caribe que aun padecen dictaduras y tiranías que no los dejan progresar".

Es un aviso o clarinada para las Castros, Fujimori, Serrano y otros que no entienden todavía (más bien, se hacen los desentendidos) lo que es la democracia, esa forma de gobierno que no tan sólo se consigue respetando el voto, sino manteniéndola siempre en simbiosis con la justicia, la cultura, los derechos humanos y el respeto a la soberanía de los demás pueblos.

No puede ser una democracia pura, nítida --como dicen que es la Norteamericana-- cuando vio1a la soberanía de pueblos débiles, cuando los invade comercialmente con moneda de más valor, cuando se discrimina al negro y al indio, cuando se derrama sangre inocente en otras tierras, cuado no hay piedad para el que delinque y que paga con la vida su delito. Esa es una democracia descobijada de sus mejores atributos, que ha olvidado a Lincoln, y nos aparece en la pantalla del cerebro a Roosevelt y la advertencia de Darío: "TENED CUIDADO. ¡VIVE LA AMÉRICA ESPAÑOLA! HAY MIL CACHORROS SUELTOS DEL LEÓN ESPAÑOL.

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