martes, 13 de abril de 2010

5 DE MAYO, UNA FECHA GLORIOSA

Pequeño relato o síntesis de una fecha histórica del pueblo de México donde sus hombres lucharon con gran amor y fervor a la patria derrotando al Ejército Francés que quiso dominar a un pueblo con temple, con un gran Ejército encabezado por un ejemplar General Ignacio Zaragoza

"América se ha de salvar con sus indios"
José Martí



POR EL DR. SALVADOR NAVARRETE GÓMEZ

Es muy digna de recordarse así: sin egoísmos, no sólo gloriosa para México, sino para todo el continente Americano, porque ese día tres mil mexicanos al mando del inmortal Zaragoza, derrotaban al Ejército Francés en la Batalla de Puebla, que se proclamaba tener los mejores soldados del mundo; pero nunca entendieron que iban a topar --en Los Cerros de Loreto y Guadalupe-- con los Indios Zacapoaxtlas que realizaron el prodigio de hacerlos morder el polvo, esos indios que son herederos del patriotismo de Cuauhtémoc y de Xicoténcatl, fueron los principales protagonistas de una epopeya ejemplar. Así se contempla en pueblos como el nuestro que fueron víctimas del Colonialismo Europeo.

Estos aventureros del siglo XIX pensaron que sería igual que el XVI: un pueblo con tribus aisladas, sin un ejército organizado y sin sentimientos patrios como cuando Cortés lo conquistó con la ayuda de los propios indios; por eso creyeron en Almonte, Miramón y Mejías que les pintaron un escenario donde sólo ellos serían los vencedores; a tal grado que esto fue motivo para que la soberbia del General Conde de Lorencez, Jefe del Ejército Francés, poco antes de la Batalla de Puebla, escribiera al Ministro de la Guerra de Francia en los siguientes términos: "Tenemos sobre los mexicanos, tal superioridad de raza, de organización, de disciplina, de moralidad y de elevación de sentimientos, que ruego a Vuestra Excelencia, quiera decir al Emperador, que desde ahora, a la cabeza de sus seis mil soldados, soy el dueño de México".

Pero ignoraba que un Ignacio Zaragoza, un González Ortega y miles de Zapotecas, estaban dispuestos a ofrendar sus vidas en defensa de la Patria, de sus hogares, de la cuna de sus hijos y del sepulcro de sus antepasados.

Antes de que Lorencez diera órdenes de fuego para iniciar el ataque contra los defensores de Puebla y de la Patria, sucedieron hechos y circunstancias, que en detrimento de los franceses, la historia señala: Principalmente su pasado, un tanto opaco y ocioso porque vivían en un medio geográfico con planicies y valles y suficiente agua; pero preferían las ciudades, no les gustaba el campo a pesar de que, de las culturas griegas y romanas habían divinizado al Dios Baco --Dionisio para ellos--, no cultivaban bien sus viñas y obtenían vinos de baja calidad. Estos no podían ser los nuevos conquistadores de un país con montañas majestuosas y hombres con un pasado histórico de sangre y amargura, pero también de gloria, como el 5 de mayo de 1862.

Hoy nuestra bandera, en este día, como la trigarante del siglo pasado, ondea orgullosa, movida por la brisa de mares y montañas de MEXICO libre y heroico, que consolidara el estoicismo y fe inquebrantable del gran indio de Guelatao, que se llamó Benito Juárez, Hoy también nos conmueve y nos llena de fervor patriótico, ver niños, unos descalzos como los niños zapotecas, subir a la tribuna improvisada de sus escuelas, a rendir tributo a los héroes de esa gesta inmortal. Ellos nos hacen recordar la más insolencia de Dubois de Sligny, cuando le dijo a Doblado que su firma en los convenios de Soledad, "valían tanto como el papel en que estaba escrita". Después el relato corto de sus discursos nos dice como Lorencez, la tarde del 5 de mayo, ordena la retirada de sus tropas, dejando en el campo de batalla más de 500 hombres.
Tal vez esta fecha de júbilo para los pueblos libres de América, no sea ya una vergüenza del pasado histórico de un pueblo, que a través del tiempo, dio al mundo la Ciudad Luz y la Sorbona. Que sepa el pueblo francés, que México no sabe odiar.

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