lunes, 8 de febrero de 2010

“EL MACHETE DE MACEO”



Esta narración la escribió el Dr. Salvador Navarrete en honor al pueblo Cubano y ojalá que el Licenciado Federico Jiménez Saínz reflexione y done ese machete a Cuba para que descanse en un museo de esa hermosa isla.

Antonio Maceo
“EL MACHETE DE MACEO”

... ¡Cortar cabezas como cañas,
¡chas, chas, chas!...
Nicolás Guillén


POR: DR. SALVADOR NAVARRETE GÓMEZ

Antonio Maceo, Héroe Epónimo del Movimiento Independentista de La Perla de las Antillas, se distinguió porque su compañero inseparable de lucha fue su MACHETE. Ese, que antes de cercenar cabezas del Colonialismo Español, se hizo más incisivo con la dulzura de las cañas que cortaba para la molienda. Así se afiló para no fallar ante las duras vértebras cervicales de los Conquistadores Ibéricos, que tarde entendieron, que Cuba es de los Cubanos. Pero el arma predilecta del regio mambí de color -luciendo su empuñadura la figura de un elefante-, no está en Cuba sino en México, específicamente en la capital del estado de Tabasco, donde su presencia es un enigma que hace surgir la pregunta: ¿cómo llegó?.

La respuesta nos la da el Lic. Federico Jiménez Saínz, quien nos relata que su padre, el abogado Federico Jiménez Paoli, muy apreciado por todos sus amigos en Tabasco y por nuestro rumbo lo recordamos con cariño el Dr. Enrique Colonna, Toño Solana, Alfredo Zaldívar y toda la
Navarretada de Rodríguez Clara, en viaje de paseo por la blanca Mérida en una casa de Antigüedades compró el incomparable machete, para no verlo más nunca, arrumbado en una de las bodegas del ingenio "Dos Patrias", nombre que simboliza a México y a Cuba.

No se puede hablar de Tabasco sin recordar al Lic. Federico Jiménez Paoli, hombre con la bonhomía del tabasqueño bien nacido, que como semental de reces bravas y de gallos finos de pelea, trasmite a sus hijos el don del hombre completo. Son tres: Federico, Antonio y Víctor, siempre dispuestos a honrar la memoria de su padre.

Fue Federico quien reencontró la "Mocha", que al limpiarla, encontró el nombre de Antonio Maceo, grabado en la empuñadura y, en la magnífica hoja de acero toledano que los mismos españoles trajeron para que sirviera como guillotina en la mano negra de Maceo para arrancarles la cabeza. Toda esta escena sucedió siendo Gobernador de Tabasco, Enrique González Pedrero. Su esposa, de origen cubano, le ofreció al Lic. Jiménez una cantidad igual al presupuesto de Tabasco, por el machete que no aceptó porque era dinero del pueblo, y esa reliquia que conserva piadosamente, escribió con sangré la última estrofa del Himno Libertario de América.
La señora de González Pedrero hizo viaje especial a La Habana para comunicarle a Fidel Castro lo que para ella era imposible, pero que tal vez para él seria fácil. Tras oír la larga historia que le hizo del machete la Primera Dama de Tabasco, el Comandante de las barbas cenizas, con su voz tipluda exclamó: ¡Carajo! "Algún COME MIERDA" que huía para Miami, hizo escala de hambre en Mérida para malbaratar esa joya que debe estar en el Archivo Histórico de Cuba. Vete -continuó- a traer ese joven tabasqueño para hacerle un sustuoso banquete, y nos entregue esa prenda, pues de Maceo solo tenemos papeles roídos por el tiempo.

Aceptó el Lic. Jiménez asistir al banquete para sentarse a la derecha del legendario Caudillo, que en la Sierra Maestra hizo la Maestría para cautivar a su pueblo y dirigirlo hasta que Dios diga: ¡Ya! Saborean los mejores licores y manjares, salpicados con la charla humorística del Comandante, que se despide de Federico con un abrazo, pero antes designa como su anfitrión al tercer hombre de Cuba, el Comandante Guillermo García Frías. Este lo pasea por toda La Habana, hasta llegar al museo donde se encuentra el mejor retrato que le han hecho a Napoleón Bonaparte, en éxtasis lo admiran... y García Frías le dice: “Te lo damos por el machete de Maceo”. Federico contesta: “Algún día puede ser…”, pero a mi me dijo que se acerca el día para regalárselo al Pueblo Cubano, para que todos canten los versos de Nicolás Guillén:

… el hierro marca, ofende
y en la noche reparte el fuego puro…
Brilla Maceo en su cenit seguro.
Alto Martí su azul estrella enciende.

1 comentario:

  1. Otra poesía que encontré de Ricardo Mújica Velez dedicada al Dr. Navarrete después de haber sufrido un atentado a los pocos meses de haber hecho municipio libre a Juan Rodríguez Clara, Veracruz
    (Agosto de 1961)

    HOMENAJE A SALVADOR NAVARRETE

    POR: Ricardo Mújica Velez
    (Agosto de 1961)

    Las balas asesinas te cercaron de súbito,
    crisparon tus oídos;
    en medio de las sombras, la muerte a fogonazos
    hacía por doblegar tu espíritu de bravo,
    y tu permaneciste, valiente, noble amigo,
    de frente a las descargas,
    de cara ante el embate de la rabia homicida.

    Ya había sido vertida la sangre generosa,
    La sangre heroica era el emblema de tu tierra;
    Maurilio había caído y la fúnebre jauría
    hincaba en las tinieblas sus dientes de metralla,
    buscando carne y vida,
    perdiendo vida y carne en infame sacrificio
    en las aras del crimen.

    Crimen sin nombre y sin bandera, crimen
    que de tu mano abierta hizo el cerrado puño ,
    terror de los malvados,
    crimen cobarde como todos los crímenes
    en contra de los buenos,
    en contra de los pueblos como ese, nuestro pueblo,
    que vio en su entraña palpitante y roja,
    la póstuma lección de los perversos
    caídos sin honor sobre la tierra,
    - Madre Tierra Germínea -, en que tuvieron
    su Bahía de Cochinos.

    ¿Y... Sabes porque trataron de acabarte?
    por practicar el bien, por el solo hecho
    de impartir la justicia, y por llevar
    la Rosa Blanca de Martí en el pecho.


    Maestro y conductor de ciudadanos,
    Aliado y protector de los humildes,
    azote pertinaz de los vestigios,
    Amigo y bienhechor de los que sufren;

    Conserva fuerte el puño
    y cultiva la rosa;
    ¡ No destruyan tu obra los traidores
    ni desoigas la voz de los que Claman!
    ¡Llama a los hombres en tu entorno, y ladren
    los perros a la luna, que cabalgas !
    i Hazte el más alto antemural del pueblo,
    lanza a los cuatro vientos tu verdad, y sea
    el triunfo quien corone tus esfuerzos
    y la historia quien juzgue tu tarea!

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