lunes, 8 de febrero de 2010

LA DRA. ASLAN Y SUS JÓVENES ANCIANOS


DOCTORA ANA ASLAN

Este artículo fue escrito después de haber realizado varias investigaciones, siendo publicado en la revista médica de la Fundación GLAXO SMITH KLINE

LA DRA. ASLAN Y SUS JÓVENES ANCIANOS

Por el Doctor Salvador Navarrete Gómez

Desde hace muchos años, cuando salía de la Facultad de Medicina, sabía de la Ilustre Doctora Rumana Ana Aslan. Directamente de Bucarest, recibí literatura de sus productos geriátricos que ella tuvo la gentileza de enviarme y, pienso, lo mismo hizo con otros Médicos del orbe.

Esto fue motivo para que me interesara, buscar continuamente la manera de que los “ANCIANOS PREMATUROS”, reciban más vida con los factores Geriátricos de la Doctora Aslan o con la Terapia Celular que se actualiza; y también -por qué no-, los jóvenes, pues los Trastornos Tróficos, y por consiguiente el Envejecimiento Celular, empieza a partir de los treinta años. Por eso a individuos de esa edad se les dificulta aprender a leer y escribir, ya que las neuronas cerebrales, en número de doce mil millones, son las primeras en envejecer y morir paulatinamente; de ahí que una de las acciones de los Factores Geriátricos (Gerovital H-3) de la Doctora Aslan sea, precisamente, mantener el Equilibrio Neuronal para que los ancianos mantengan o recuperen sus facultades mentales y creativas y sigan siendo “los seres humanos y no simples muebles de recámara”.

Por razones ajenas a mi voluntad, me desconecté de las Investigaciones Geriátricas de la Doctora Aslan; pero logré traer del Instituto Biológico Cubano el suero de Bogomolets, que apliqué a varias personas, entre ellas mis padres que murieron de 95 y 96 años y a un jovencito de aquella época, gran amigo mío, Pedro Rivera Pavón con una calvicie prematura, recuperando completamente su cabello.

Este suero lo obtenía el Ruso Bogomolets de tejidos y órganos de jóvenes que morían accidentalmente, basado en los principios de Terapia Celular del suizo Niehans y Opoterápicos del Alemán Alexis Carrel, considerados los pioneros de “METER VIDA A LA VIDA”.

Actualmente estamos usando el Gerovital H3 de la Dra. Aslan y Terapia Celular de los laboratorios del Doctor Fuentes de Argentina y de un mexicano de Guadalajara, con buenos resultados.

Desde luego, hemos usado más los tratamientos de la Doctora Aslan y tenemos casos elocuentes como el de un bailador de huapango de toda la vida: Pantaleón Mendoza de 80 años de edad; llegó a mi consultorio en brazos de sus hijos y nietos, poco después del tratamiento se recuperó satisfactoriamente y hoy se le puede ver bailar pegando duro a la tarima, todos los sábados, aquí en Rodríguez Clara. Como este hay algunos casos más.

Personas muy importantes han recibido estos tratamientos, unos han ido hasta Rumania, otros aquí como el queridísimo amigo, Doctor Raúl S. Argudín, profesionista ejemplar que es testigo de lo que en este escrito tratamos a manera de información modesta y no de propaganda.

El año pasado conocí a la Doctora Aslan en la Televisión Mexicana, la ví erguida, con su pelo largo, gesticulación alegre y voz cuarentona y tiene 88 años de edad; en ella si es lógica la sentencia bíblica de predicar con el ejemplo. En ese mismo instante recordé al Premio Nobel Guatemalteco, Miguel Ángel Asturias, cuando allá por la década de los 60´ le hiciera una visita a la Doctora Aslan en el Instituto Geriátrico de Bucarest. Se sorprendió al ver que ancianos, recuperados o jóvenes ancianos, trepados en escaleras, mesas y sillas sacudían y pintaban las paredes; una Maestra de francés que había perdido la memoria, retornaba a sus clases. Cuando llegó ante la Doctora Aslan le presentó al anciano Parje H. Margosian, pidiéndole que le calculara la edad. Le damos entre 70 y 80 años, dijo Asturias. Tengo 116 años, dijo el anciano, quién después de varios tratamientos se recuperó, porque cuando entró al Instituto Geriátrico era un desastre.


El anciano en Rumanía no es el jubilado nuestro, con pensiones de hambre que sólo espera silenciosamente la muerte. Debemos hacer algo para que retorne a ellos la alegría de vivir y se pierda el temor a la muerte que de todas maneras tiene que llegar, pero mientras esto no suceda, hay que vivir como se pueda, porque se vive una sola vez y todo lo que tiene principio tiene fin, tal vez por eso piensa García Lorca que “TAMBIÉN SE MUERE EL MAR”.

El mismo Asturias dijo que esos JÓVENES ANCIANOS DE BUCAREST han de morir sin la agonía de los nuestros, porque ahí “cuando acaba el día, empieza”.



J. Rodríguez Clara, ver., a 21 de junio de l987.

3 comentarios:

  1. Hermoso,la fuente de la eterna juventud,ni padre que en pay descanse el doctor Salvador Rosales Perez ,también utilizaba este tratamiento falleciendo a la edad de 93años teniendo un cutis maravilloso y un cabello muy fuerte,pese a haber sufrido un evento vascular cerebral,lo superó viviendo aún unos años más

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