jueves, 4 de febrero de 2010

LA NIÑA DE LOS BRAZOS CORTOS




Desafortunadamente el alcoholismo hace victimas a seres inocentes que vienen al mundo con las secuelas de ese vicio o enfermedad. Los personajes de esta historia son oriundos del Ejido "LA CAÑADA" de este Municipio de Juan Rodríguez Clara, Ver.

LA NIÑA DE LOS BRAZOS CORTOS

Por el Doctor Salvador Navarrete Gómez

Una niña de tres días de edad, llegó al consultorio del doctor Navarrete, en brazos de su abuela, y con un llanto de una pieza que se me grabó de tal manera que a pesar de que ya no llora debajo de la tierra, todavía en mis oídos siento ese llanto sin lágrimas del recién nacido. Yo pienso que esa niña sólo vino a llorar ocho días a la tierra, para reclamarle a sus padres, un defecto embrionario incompatible con la vida: los dos brazos a la mitad con las manos unidas al Hueso Húmero por la piel; no habían Cúbito y Radio, huesos que forman el antebrazo, sólo el defecto y el llanto que no pudo quitar el Dr. Navarrete sino la muerte allá en el ejido de La Cañada. Allá, ahora lloran por ella, su madre Luisa Ixtepan y su padre, Bartolo Cortés, tal vez el más culpable porque frecuentemente iba al mismo consultorio con Delirium Tremens, desequilibrio nervioso que provocan las borracheras tremendas.

También Bartolo, como yo, ha de traer grabado el llanto de la niña de los brazos cortos, nada más que él, toda la vida…

1 comentario:

  1. La vida es para una generación; un buen nombre, para siempre. (Proverbio japonés)
    Desafortunadamente no tuve el privilegio de conocer al Dr. Salvador Navarrete, pero mediante sus escritos he ido conociendo diferentes pasajes de su vida, y descubrí que él no ha muerto, él está ahí, en cada palabra, en cada frase, en cada párrafo. Pocos tienen la virtud de hacer volar la mente de los lectores, pocos tienen la facilidad de hacernos vivir, y él era uno de ellos. Dicen que “el que no vive para servir, no sirve para vivir”; es el claro ejemplo que me ha dejado.
    A pesar de ser un hombre tan preparado, nunca perdió la humildad que lo caracterizaba. Predico con el ejemplo, se dirigió con sabiduría y jamás perdió su visión. Sé que donde sea que se encuentre siempre estará pendiente del lugar que lo vio nacer.
    El 6 de septiembre 2008 Rodríguez Clara perdió a un buen hombre, y ese mismo día Dios recibió a un gran ángel.

    M.Y.P.C

    6 de febrero 2010

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